GUANGOPOLO ESTÁ DE FIESTA


Esta parroquia se encuentra ubicada en las faldas del cerro Ilaló, muy cerca del río San Pedro, al este de la ciudad de Quito. El origen de Guangopolo data de la época de la tribu de los Quitus-Caras, por lo tanto constituye una de las comunidades más antiguas. 


El nombre de Guangopolo se deriva de la unión de dos altos reyes de diferentes comunidades: “Guango” que en lengua quichua significa “Princesa” y “Pulu” que significa “Príncipe”. También se dice que “Guango” fue el primer nombre de este territorio; ya que sus habitantes tenían cabello largo y se hacían trenza (guango). Ya después la población le habría añadido al nombre la palabra “pulu”.

Guangopolo fue parte de la red de señoríos del Quito preincásico. Durante la época de La Colonia estas tierras estuvieron anexadas a Tumbaco y posteriormente, a Conocoto y Alangasí. En 1953, finalmente Guangopolo se constituyó como parroquia. 

Los cedazos son el objeto distintivo de esta parroquia y la mayoría de pobladores conoce la técnica de elaboración de estos productos. Esta tradición tendría origen en las comunidades ancestrales asentadas en la zona, que usaban el shusuna, un utensilio tejido con fibras de plantas que servía para cernir la chicha de maíz. No obstante, el cedazo como tal aparentemente apareció cuando los sacerdotes españoles lo introdujeron en la zona.

GUAGOPOLO ESTÁ DE FIESTA! y te invita a Celebrar un año más de creación cívil.

NELSON REASCOS: "EL DÍA DE LOS DIFUNTOS ES LA UNIÓN DEL PASADO CON EL PRESENTE"

Nelson Reascos: "El Día de los Difuntos es la unión del pasado con el presente"
El Día de los Difuntos que se celebra cada 2 de Noviembre, es un acto ceremonial lleno de fe y ritualismo dentro de la cultura ecuatoriana. En esta fecha, cientos de familias rememoran a sus muertos con flores y plegarias y disfrutan del sabor de la tradicional colada morada y guaguas de pan. Además, en las provincias de Tungurahua y Cotopaxi se rescatan los valores, costumbres, tradiciones de los antepasados con las "ollitas de barro" - se podría decir- que es la navidad de los niños indígenas.
Según el catedrático de la Pontifica Universidad Católica del Ecuador (PUCE) Nelson Reascos, esta festividad "tiene que ver con la celebración de la vida", ya que pensar en la muerte ayuda a mejorar la comprensión de la existencia y asegura que más que una celebración "se trata de la unión del pasado con el presente".
Explica que esta tradición nacional proviene de las culturas andinas. Añade que la conmemoración del Día de los Difuntos se lleva a cabo porque la vida se relaciona con elementos sociales, en donde están inmiscuidos los alimentos y tradiciones ceremoniales; es decir, que se conserva el Patrimonio Cultural del país y se hacen coincidir las fiestas con las comidas.
Elemento indispensable en el Día de los Difuntos son las exquisitas "guaguas de pan", dice Reascos. Expone que el nombre de las mismas alude a una costumbre quechua- indígena y señala que antes de la presencia de los españoles en el territorio ecuatoriano, los nativos tenían la costumbre de sacar a sus muertos a pasear para que los niños vean quienes son sus antepasados y viceversa: "Era una forma de educación, en la cual se aprendía la realidad de la muerte", expresa el docente quien agrega que esta tradición fue detenida por los españoles debido a que no entendían el contexto de la costumbre; pensaban que se realizaba un sacrilegio y una profanación.
Para no perder esta importante práctica, nuestros indígenas buscaron nuevos métodos y crearon moldes de pan de los difuntos: "Estas representaciones se asemejaban a los recién nacidos de la época; ellos estaban envueltos en telas; tomaron el mismo diseño y tradición; de allí se los denominó como guaguas de pan", manifiesta Reascos.
En México – dice el catedrático- hay una costumbre similar con los esqueletos de azúcar que representan la tierra, la producción, la vida y los alimentos: "Hay más filosofía de lo que uno imagina; los pueblos son sabios".
Reascos expone que los pueblos del pasado tenían una visión espiritual postmorten de la vida y dice que en la cosmovisión indígena, sus difuntos no mueren, sino que pasan a otra vida donde el diálogo es posible.
Los ingredientes principales para "dialogar" con los muertos son el champús y el pan amasado en casa. La preparación del champús- el alimento ritual funerario de los pueblos del norte- requiere harina de maíz, panela y hojas verdes de limón. Esta preparación, es consumida exclusivamente en noviembre o en los funerales de adultos y es considerada como la colada predilecta de los muertos.
La tradicional colada morada que se consume en estas fechas tiene su origen en esta receta. "A los difuntos se les agradaba con comida, vestimentas; es una costumbre consagrada que a la larga no es sólo para el fallecido; sino para nosotros". Es decir, que se hacía un reconocimiento a su trabajo, a su vida. "Hay un concepto de unión familista fuerte", expresa Reascos.
También en la cosmovisión indígena, la comida responde a la visión del mundo. Para los ancestros, la dualidad, la armonía, el color, el sabor, eran elementos indispensables de los alimentos y de las costumbres.Recuerda que la cultura indígena es cuatrisimal: "Esa puede ser la razón para que haya cuatro tipos de frutas que responden a la estructura lógica en la preparación de la colada morada; se combina lo liviano y lo pesado, lo masculino y lo femenino; todo posee un sentido y un orden".

SAN FRANCISCO DE GUAYLLABAMBA RECUPERA SU ECONOMÍA

Tras la apertura de la Panamericana Norte, a la altura de Collas, los 18 mil habitantes de Guayllabamba esperan recuperar su economía. Ya se preparan los negocios de frutas, restaurantes y el Zoológico para recibir a los visitantes, en el próximo feriado de Finados, sin subir los costos.
El presidente de la Junta Parroquial, Luis Guaytarilla, dijo que los habitantes han mantenido una serie de reuniones para recibira los turistas y brindarles toda la seguridad del caso. Para eso se coordinaron acciones con la Policía Nacional y Agentes Civiles de Tránsito. 
Durante el cierre de la Panamericana Norte, las ferias organizadas por el Municipio, el Consejo Provincial y otras instancias gubernamentales ayudaron a los comerciantes mantener un nivel aceptable de ventas. 
La activación de buses gratuitos, la campaña de apoyo al Zoológico y otras acciones de la municipalidad ayudaron para que entre  200 y 500 personas vinieran a la parroquia, cada fin de semana, que se repartían en manera equitativa entre todos los restaurantes. Incluso ahora se imparten talleres de administración de negocios y buen trato al cliente para los comerciantes del a localidad. 
“Queremos que los precios se mantengan a bajo costo, por ejemplo el aguacate que sale de la huerta a un costo de 25 centavos –dijo Guaytarilla-, sería injusto que vaya al consumidor a un dólar. Lo mismo con la fritada y el locro que costaba 3.50 no va a subir a 5 dólares, eso perjudicaría el turismo”.
La meta de todos los parroquianos es que la vía esté habilitada las 24 horas del día porque los negociantes del aguacate acuden a Quito a las 03h00 de la mañana, lo mismo sucede con los estudiantes y personas que trabajan fuera de la parroquia. Son 11 turnos de buses que dan la vuelta por Tababela entre las 20h00 y las 04h00.
Los proyectos 
La idea de la junta parroquial es desarrollar una amplia agenda cultural  y cívica para que los turistas tengan otras opciones de distracción. Por ejemplo, el sábado 1º de noviembre se inaugurará una muestra pictórica de un artista de la localidad. En los próximos meses se desarrollará una competencia automovilística, el festival del aguacate y la feria agrícola-artesanal. 
El próximo año se creará una oficina de turismo para promocionar más la parroquia. Se coordina con empresarios privados para inversiones en complejos turísticos, pistas para 4 por 4 y motocross, entre los más importantes.
Datos destacados 
El nombre oficial de la parroquia es San Francisco de Guayllabamba y se trata de un valle de clima privilegiado (templado semitropical), ubicado a aproximadamente 25 Km de la ciudad de Quito. Este poblado alcanza una altura de hasta 1.890 metros sobre el nivel del mar. 
El Zoológico tiene senderos para recorrer sus 12 hectáreas. En total se exhiben aproximadamente 180 animales, tanto del Ecuador como del resto del continente. El clima tropical que los acoge resulta favorable para la mayoría de especies. 

PARROQUIAS RURALES QUIEREN UNA MAYOR PROMOCIÓN TURÍSTICA


Una mayor difusión de sus atractivos turísticos, a eso es a lo que aspiran las autoridades locales de las parroquias rurales que forman parte del Distrito Metropolitano.

Puéllaro, Perucho, Chavezpamba, Atahualpa y San José de Minas cuentan, por ejemplo, con una ‘Ruta Escondida’, una zona biodiversa de la que poco conocen los turistas nacionales o extranjeros.

“No tenemos la debida promoción”, dijo el teniente político de Atahualpa, Bolívar Tapia, al señalar que si se diera un mayor apoyo del Municipio lograrían que el flujo de visitantes aumente a la zona.

El vicepresidente de la junta parroquial de Nayón, Marcelino Anaguano, manifestó que lo mismo hace falta para que la gente, entre sus opciones de viaje, tenga en cuenta a esta localidad considerada como ‘El Jardín Botánico’ de Quito.

Producto turístico

La directora de Quito Turismo, Luz Elena Coloma, consideró que no solo hace falta promocionar a estos sitios, sino también “desarrollar producto turístico”.
“Es importante que las parroquias vayan desarrollando su oferta, es decir, no nos sirve de nada promocionar ni recibir turistas en una parroquia donde no haya qué comer, no haya baños, un sendero para recorrer, atención y guías”, comentó.

La funcionaria mencionó que “el turista extranjero, sobre todo, necesita tener estándares de calidad y productos muy definidos para ir a una parroquia”, lo que debe ser tomado en cuenta por las autoridades locales.

Oportunidad

Las fiestas religiosas o de origen ancestral son las pocas oportunidades que tienen estos lugares para dar a conocer sus atractivos. Gualea, a 15 minutos de Quito, sacó provecho este año del ‘Encuentro de la ruralidad’.
Como parte de ese programa, hace dos semanas, se realizó una feria donde esta parroquia tuvo la posibilidad de mostrar su artesanía, gastronomía y sitios turísticos, a miles de personas.

Ruta Escondida

Recorriendo pueblos pequeños, entre frutas exóticas y paisajes andinos apacibles, este sendero se interna en cinco parroquias rurales: Puéllaro, Perucho, Atahualpa, San José de Minas y Chavezpamba.
En estos lugares la adrenalina está a flor de piel, debido a que las actividades que se desarrollan van orientadas al turismo ecológico y comunitario, lo que le permite al visitante tener una interacción más directa con la naturaleza y su entorno.

Píntag, clave del páramo andino

A 30 minutos de Quito, los amantes del campo y el contacto con la naturaleza tienen un nuevo destino en la parroquia de Píntag. Famosa por sus lagunas, costumbres, gastronomía y por ser el punto de partida para ascender a los Illinizas, el poblado de Píntag ofrece al turista nacional y extranjero múltiples opciones para la diversión y la aventura.

Se puede iniciar un recorrido por el centro de la parroquia; cerca de la Plaza Central está el centro de información turística donde podrá enterarse de las diferentes rutas.

Museo de Tulipe


La visita a este lugar es una experiencia única. El horario de atención es de martes a domingo, de 09:00 a 17:00. Para llegar se debe pasar por Nanegalito y en el Km 61 tomar la ruta hacia la Armenia. Desde Quito el viaje no dura más de una hora y media. Otros sitios para visitar en las parroquias de Nanegal y Nanegalito son: la Cabaña del Pescador, la Reserva Ecológica Maquipucuna y la Cascada La Piragua.

MUSICOS EN EL CEMENTERIO DE NAYÓN


En Nayón, pudimos conversar con doña Margarita una comerciante de los exteriores del cementerio, quien cometa que la venta ya no es como antes y siente que ya no quieren a los que se han ido. Que “la gente ha cambiado” y por ende las ventas. Ella es oriunda de la parroquia y recuerda que cuando ella tenía quince años todavía venían a rezar y dejar flores pero ahora “ya no hay esas tradiciones”. En el cementerio nos encontramos a doña Gabriela quien se encontraba limpiando la tumba de su madre, ella no sabía nada de tradiciones. Mientras otro de los visitantes, nos comentaba que cuando era niño, veía a algunas personas hacer rezos y comer  en el cementerio pero que ya no.


La misa sería a las once, y más tarde vendrán los músicos de la parroquia a cantarles a sus difuntos, siendo esta una de las tradiciones que aún perduran. /J. Burga.

LA TRADICIÓN SE MANTIENE VIVA EN ZÁMBIZA


Al llegar al cementerio  de la parroquia  de Zámbiza pudimos apreciar que varios elementos de la policía nacional se encontraban pintando la fachada. Paúl Balseca, elemento de la policía del sector, nos comentó que respondían al pedido de la comunidad, que a través de un oficio solicitó ayuda para adecentar la fachada del campo santo, destacando que la pintura les fue entregada por los vecinos del sector.

Llegamos cuando se estaba celebrando la misa y  pudimos constatar que todavía existe la tradición de venir a comer  a lado de las tumbas de sus familiares. Carlos Rojas, mientras limpiaba la tumba de sus suegros, nos comentó que  hace cuarenta años atrás, al visitar a sus difuntos, era como si el cementerio se disponía a celebrar una boda, porque se traía una variedad de comidas, entre ellas; el pollo, el cuy y la cerveza. La costumbre era la de tomar un vaso de cerveza para el difunto y uno para cada uno de los familiares que se encontraban alrededor de la tumba. En otro lugar del cementerio, doña Juanita y su esposo con gran seguridad enfatizaron, que ellos cumplirán con la tradición  de venir a comer, ponerle flores y coronas en las tumbas de sus seis hijos hasta el día de su muerte.


Al salir del cementerio pudimos hablar con Julio Carrera quien estaba en la puerta del cementerio recogiendo las colaboraciones de sus visitantes para poder pagar el impuesto del cementerio, porque el año pasado tuvieron que pagar más de cuatrocientos dólares que estaba en mora y aun así no les alcanzó  para cubrir el adeudo. /J. Burga.

CALDERÓN REMEMORA Y CELEBRA A SUS MUERTOS


Este 2 de noviembre, fecha importante en que se celebra el día de los fieles difuntos, centenares de personas acudieron a visitar a sus seres amados en el cementerio de Calderón. Unos para arreglar, pintar y llenar de flores los sepulcros con coronas de varios colores; y otros para ofrecerles una oración, y compartir comida con quienes ya partieron de este mundo terrenal; hecho tradicional de la cultura quichua que se mantiene desde hace más de 500 años. A lado de la tumbas se congrega toda la familia padres, madres, hijos, tíos, sobrinos, yernos, nueras y nietos para realizar este gran acto de ritualidad.

Ana María Iza pobladora de San Miguel de Calderón, quien se encontraba visitando a su hijo y  esposo; manifestó que el hecho de comer  y participar de varios momentos en compañía de sus familiares en esta fecha especial, es una tradición que sus abuelos le han inculcado por la afirmación de que las almas de quienes fallecieron se sirven de estos alimentos, junto a quienes están vivos.  

También el Sr. Pedro Samueza otro morador de la zona, menciona que él junto a su familia, efectúan este acto en razón de celebrar y recordar a su padre, madre y hermano que jamás podrán olvidar. Lo que les traigo es coladita morada, papitas con pollo, colita que es lo que más les gustaba expresó. 

Por otro lado Daniel Mejía vicario de la parroquia de Calderón, explica, que quienes participan de estas ritualidades lo hacen porque consideran en esencia que el  muerto sigue vivo, pues mantienen la idea de que la muerte no existe sino que es la continuidad de la vida, razón por la que ellos lo expresan en formas más concretas como el traer alimentos entre ellos las guaguas de pan, rosquillas y otras provisiones más. 

En esta celebración  masiva, se realizó una misa seguida de una serenata en homenaje a quienes ya se adelantaron; y al son de canciones como “Allá te esperaré”, “Panteón generoso” “La bocina” y el “Chinchinal” el corazón  de todos quienes participaron  se estremeció; y en medio de los aplausos  surgieron las lágrimas  de alegría y tristeza por el recuerdo imborrable de sus familiares perdidos. Esta serenata estuvo a cargo del maestro Paco Godoy acompañado del artista Byron Cerón y la Banda Corazón de Jesús como parte de la agenda cultural de la  Junta Parroquial de Calderón.    /R. Encalada