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Últimas Noticias Quito 11/05/2015
Saben quiénes son. Los tienen identificados, pero es complicado detenerlos pues las dosis de droga que suelen llevar no sobrepasan las permitidas para el consumo individual.
La venta de droga en los alrededores del Parque de la Juventud, en Carapungo, no es novedad. Los asaltos y robos tampoco. Pero volvieron a ponerse sobre la mesa luego del asesinato de un joven de 20 años ocurrido hace una semana. Martín G. fue apuñalado mientras caminaba por la calle Luis Vaccari, a la altura de la Río Guayas.
Ocurrió a las 19:00, en plena vía principal. Sin embargo 'nadie vio nada'. La versión que maneja la Policía es que hubo testigos, pero temen hablar.
Marcia Jaramillo, tía de la víctima, contó que se está planeando un plantón en la zona como protesta por la muerte del joven. El miércoles afinarán detalles.
Rony Flores, jefe del subcircuito Carapungo, asegura que la Policía está recogiendo información. Un hombre y una mujer ya fueron detenidos por venta de estupefacientes.
Carapungo es un sector donde viven más de 50 mil personas. Hay gente de otras parroquias, ciudades y países que se asientan allí, debido al bajo costo de los arriendos. Se puede encontrar piezas hasta por USD 30 al mes.
Flores asegura que trabajan en un programa para mejorar la calidad de vida y que haya una mejor convivencia. Los principales problemas que se presentan son por violencia intrafamiliar y consumo de droga y alcohol en la vía.
Los expendedores esperan que la Policía se aleje para vender y no hay posibilidad de tener un agente en los sitios de venta de droga todo el tiempo. En la zona hay tres UPC, en cada una operan tres agentes por turno.
El subcircuito cuenta con un patrullero, que los policías deben usar cuando tienen que hacer trámites con un detenido. El trámite demora de 4 a 9 horas, según el caso. La gente no quiere hablar. "Yo no sé nada, solo pido que haya más policías", dice la dueña de un negocio cercano al sitio del crimen. "Ahí, atrás de las gradas se esconden a drogarse y a robar. Ya les conocemos", dice otro morador. / Evelyn Jácome