EDICIÓN No.16 Año 2014
Las luces del árbol navideño se encienden por doquier, y las vitrinas se visten con colores que evocan esta fecha de celebración mundial. El gordo pascuero como decía un buen amigo, se planta en el ingreso de los locales llamando nuestra atención con su barba blanca, y su campanilla repicando con fuerza.
El espíritu al que le llaman navidad, ha inundado los corazones de los hombres de buena voluntad, y ansiosos esperamos los décimos para hacer las consabidas compras de temporada. Antes de darnos cuenta, ya los ingresos extraordinarios de esta fecha se han convertido en arena que se escapa entre las manos. Y a todo este frenesí mercantil, hago una pausa para recapitular en las metas obtenidas y las que están por alcanzar.
En fin de cuentas ha llegado navidad, esa navidad mágica que nos ilusiona pero a muchos otros les martiriza, sin la estabilidad de un plato de comida en la mesa. Por eso simplemente decir: “Y a propósito de navidad”; no es tiempo de celebrar el gozo de la alegría sincera de un Jesucristo resucitado por el cual el mundo hizo pacto de esperanza, recibiendo el regalo de la salvación.
No era entonces tiempo de bendecir a otros con nuestros esfuerzos individuales, provocando una unidad comunitaria. Alimentando al hambriento, y vistiendo al desnudo en la medida de nuestras limitadas capacidades. Para vivir en una sociedad inclusiva, de paz, y amor.
No era tiempo de amarnos los unos a los otros, y no como replicaba Cantinflas en su película Su Excelencia “Armaos los unos a los otros”.
Nos miramos con desconfianza, como no queriendo que se nos quite lo que creemos que era nuestro. Tal vez Pepe Mujica desde el estrado, entendió el concepto de la verdadera religión. No de la que nos ata a actos de martirios, sino a la construcción de una verdadera relación con el Dios vivo, ese que no podemos ver pero si sentir, que responde nuestras oraciones cuando clamamos con angustia y somos capaces de dar un paso de fe, y vivir su reino de justicia detallado en Mateo 5,6, y 7.
Que esta navidad sea la oportunidad de construir una relación con Jesucristo el salvador, levantar una oración de gratitud por lo recibido y buscarlo en las escrituras.
Cero Latitud y su equipo, le extienden un sincero abrazo deseando que esta navidad Dios provea de todo lo necesario a su hogar y derrame múltiples bendiciones en los suyos.
Atentamente;
Cero Latitud CAC
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