Tras el sangriento ataque al semanario satírico francés “Charlie Hebdo”, RFI recogió las opiniones de varios caricaturistas latinoamericanos. De su lado, el danés Kurt Westergaard, autor de las caricaturas de Mahoma que publicó “Charlie Hebdo” en 2005, habló de “un día de tragedia”.
El atentado el miércoles contra "Charlie Hebdo", uno de los periódicos satíricos más emblemático de Francia, fue un choque tremendo para la sociedad francesa. En su redacción trabajan dibujantes y caricaturistas míticos: Charb, de 47 años era el corrosivo director de la publicación. Junto a él, dos maestros de la irreverencia y pilares para toda una generación de dibujantes satíricos, Cabu 76 años, y el muy respetado Wolinski, 80 años y autor del célebre "Roi de cons", (Rey de los idiotas). De su lado, Tignous y su imaginación mordaz formaba parte de Cartooning for Peace, la red internacional de ilustradores de prensa creada por el dibujante Plantu.
Charb, Cabu, Wolinski y Tignous detuvieron abruptamente sus plumas, sus chistes, sus reivindicaciones de libertad, bajo la macabra lluvia de balas que se abatieron contra ellos. El semanario había sido blanco de amenazas desde la publicación de unas polémicas caricaturas del profeta Mahoma, en 2005.
La sociedad y toda la prensa francesas se unieron para condenar este ataque abyecto. Pero también, desde todo el mundo, llegaron los mensajes de condolencias y solidaridad.
“Esto es un ataque contra la libertad de opinión, porque una caricatura es eso: una opinión. El problema no es la caricatura en sí, sino cuando la caricatura transmite una opinión”, declaró desde Bogotá Vladimir Flórez, alias "Vladdo", dibujante de la revista "Semana", quien conocía a los caricaturistas asesinados Wolinski y Tignous.
Los cuatro caricaturistas de Charlie Hebdo y otras ocho personas murieron asesinados cuando dos hombres fuertemente armados irrumpieron en la sede del periódico y abrieron fuego cuando tenía lugar la conferencia de redacción.
La amenaza y el amedrentamiento era el pan de cada día para los dibujantes de Charlie Hebdo, un periódico que nunca fue ambiguo a la hora de fustigar a las religiones, en especial al Islam integrista.
“Los fundamentalismos están tratando del mundo, con la violencia, con armas y con argumentos sin ningún sentido. Los caricaturistas muertos eran héroes de la libertad de expresión convertidos ahora en mártires, por el fanatismo radical”, expresó la caricaturista venezolana Rayma, quien ha vivido bajo amenazas por su trabajo con la tinta y el papel.
El ataque ocurrido a final de la mañana provocó una onda de indignación en la sociedad francesa. En la noche, más de 100.000 personas habían salido a la calle en homenaje a las víctimas y para defender el derecho a la libertad de expresión.
Cabe preguntarse entonces, ¿es la caricatura política es una profesión de riesgo?
“Cuando uno toma la opción de la extrema libertad que tomaba, y seguirá tomando, espero, Charlie Hebdo, sí se convierte en una profesión de riesgo. Los fanáticos crean un enemigo con alguien que se dedica a dibujar. No alcanzo a entender como alguien puede matar a un dibujante, en el seno de su redacción. Pero es algo posible en desquiciada en que vivimos”, se lamentó al argentino Bernardo Erlich, dibujante para el diario El País de España.
Charlie Hebdo estaba en la mira de los radicales luego de publicar una serie de caricaturas, entre ellas una donde se representaba al profeta Mahoma llevando una bomba en lugar del turbante y con una inscripción: "es difícil ser amado por imbéciles". La caricatura es obra del danés, Kurt Westergaard.
“Este atentado perpetrado por fanáticos convierte a este día en una tragedia. Pero es importante no tener miedo. Debemos seguir defendiendo los valores democráticos, sobre los que se fundan nuestras sociedades europeas”, dijo Westergaard.
El miércoles en la noche el presidente francés François Hollande declaró un día de duelo nacional en memoria de las víctimas del ataque. RFI
