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El Telégrafo Quito 09/03/2016
La acequia Upalarga riega sembríos de maíz, frutilla, arveja, fréjol y más productos que se cultivan en el sector La Tola Baja de la parroquia Checa (al nororiente de Quito). Hace 9 días el cauce fue contaminado con yodo y tensoactivos (detergentes), lo que generó la prohibición temporal de las autoridades de usar el líquido.
En La Tola Baja hay entre 15 y 20 fincas que ocupan el canal, el que recorre 10 kilómetros desde su nacimiento en el cerro Las Puntas.
Rocío Fuentes, presidenta de la Junta de Aguas de Upalarga, señaló que la contaminación puso en riesgo el trabajo de 70 familias, quienes se dedican a la producción agrícola y ganadera.
Los productos que se cultivan en esta zona son comercializados en los mercados del valle de Tumbaco y en la ciudad.
“La lluvia fue un milagro”, repiten los agricultores del sector en relación con las precipitaciones caídas en la capital en días pasados. “Gracias a los aguaceros, los sembríos no se marchitaron”, comentó Segundo Cuascote, un productor de frutilla.
Los agricultores indicaron que a pesar del problema suscitado, los centros de acopio no quedarán desabastecidos y aseguraron que los vegetales no corren el riesgo de ser contaminados.
A partir del lunes, tras la autorización de la Secretaría Metropolitana de Ambiente, los productores volvieron a usar el agua del canal Upalarga, aunque algunos prefieren seguir empleando el agua lluvia por seguridad durante un tiempo más.
Según el último informe de la entidad municipal, las sustancias arrojadas por desconocidos son usadas como desinfectantes, bactericidas y fungicidas.
Julio López, presidente de la Junta Parroquial de Checa, indicó que los restos químicos fueron vertidos de tanques de manera irresponsable sobre el afluente.
Aclaró que la zona afectada cuenta con cobertura de agua potable y que el manejo del agua de cauces naturales tiene, únicamente, fines agrícolas.