Protesta llega al clímax con un acto sexual en la calle

Las autoridades ratifican clausura de hostales. Ellas se manifiestan de una forma radical.
La Hora Quito 22/10/2015

Por tercer día consecutivo, las trabajadoras sexuales del Centro Histórico protestaron ayer por el cierre de siete hostales que ellas utilizaban para citarse con sus clientes, en las inmediaciones de iglesias y plazas emblemáticas de la ciudad.

La protesta subió de tono, cuando ante la mirada desconcertada de los transeúntes una de ellas practicó el acto sexual con un joven vendedor de caramelos, a quien le bajó el pantalón y le puso un preservativo para simular el coito.

El hecho se registró en la esquina de las calles Vargas y Esmeraldas, a las 11:00, donde se encuentra uno de los siete hostales que el viernes anterior fueron cerrados debido a que servían para una actividad distinta al alojamiento.

Las mujeres –algunas de las cuales aplaudían o grababan la escena con sus celulares-, advirtieron que tendrán sexo en las calles si no se reabren los establecimientos que ellas utilizan o se les ofrece una alternativa para laborar en el sector.

Sanción

Poco antes de que este acto ocurriera, la intendenta de Policía de Pichincha encargada, Inés Venegas, quien estuvo resguardada por un pelotón de 96 policías, realizó un operativo para verificar que los establecimientos que no cuentan con autorización para el trabajo sexual, acaten la sanción.

De los siete que fueron cerrados hace casi una semana, la funcionaria constató que tres habían roto los sellos de clausura: Azúcar, Ingapirca y Nueva York, situados en las calles Esmeraldas, Vargas, Oriente y Guayaquil.

En el interior del Ingapirca estuvo la propietaria del inmueble y fue detenida. Venegas manifestó que el local no solo era ocupado indebidamente por las trabajadoras sexuales para su actividad, sino por otras 10 personas que residían en condiciones precarias.

Reclamo

En rechazo a la sanción, que se mantendrá mientras esos locales no regularicen su situación, las trabajadoras sexuales mantuvieron bloqueadas las calles aledañas a la Plaza del Teatro por algunas horas, bajo la consigna de “queremos trabajar”.

La propuesta del Municipio de reubicarlas en un bulevar situado entre las calles Pichincha y Esmeraldas no las convence. Consideran que el espacio será reducido y pondrá a todas “en una situación de división y conflicto”.

“La solución digna pasa por establecer casas de trabajo sexual que sean propiedad de las organizaciones, solucionando los graves conflictos que tenemos y mejorando tanto los ingresos como las condiciones de nuestro trabajo”, indicaron, a través de un manifiesto.

Los vecinos, de su lado, manifestaron que están de acuerdo con el control a esta problemática. “El bien es para todos. Esta zona se ha vuelto insegura”, comentó Mariana, quien reside por el sector desde hace 30 años. (RVD)

Rodas justifica la clausura

El alcalde Mauricio Rodas, en una entrevista radial, justificó la clausura de los hostales que no tenían autorización para funcionar como prostíbulos. Sostuvo que alrededor de estos locales existían problemas serios de microtráfico, trabajo infantil, trata de personas y delincuencia. “Nosotros estamos abiertos al diálogo para ofrecerles alternativas de vida digna y vamos a continuar fortaleciendo esquemas de apoyo y medios alternativos”, recalcó. El burgomaestre subrayó que estos locales solo podrán reabrir, una vez que cumplan con las normas vigentes y se dediquen a su uso legal y no a la actividad sexual para la cual no están facultados.

El dato

En el Centro Histórico hay 280 trabajadoras sexuales, según el Municipio, que analiza un plan para reubicarlas.

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