18/08/2015
El pasado viernes 14 de Agosto, terminó la gira de conciertos que la Orquesta de Instrumentos Andinos realizó en Brasil como parte de la conmemoración del 206° aniversario del Primer Grito de Independencia de la República del Ecuador.
Con un concierto de cerca de una hora y media de duración, llevado a cabo en el escenario del SESC Bom Retiro en la ciudad de Sao Paulo, la agrupación ecuatoriana cerró una agenda con la que ya habían recorrido los tablados de Brasilia y Río de Janeiro el 10 y 12 de Agosto respectivamente.
Durante el discurso de apertura de cada concierto, el embajador de Ecuador en Brasil, Horacio Sevilla Borja, se refirió a la importancia estratégica de la estrecha relación que mantienen ambos países, para la profundización del proceso de integración de América Latina y el Caribe. “…trabajamos de manera constante para… preservar a nuestra región como zona de paz, requisito indispensable para el desarrollo integral” aseguró Sevilla, quien además señaló que ambos países “enfrentamos similares desafíos en la construcción de un sistema democrático de participación popular en el marco de un entorno nacional e internacional que no es favorable para los Estados en vías de desarrollo”, en una clara alusión al ambiente de inestabilidad que viven los gobiernos progresistas de ambos países, y que durante la última semana desembocó en protestas nacionales: el 13 en Ecuador y el 16 en Brasil.
En este sentido, y en una entrevista previa al concierto en Río de Janeiro, el Embajador Sevilla mostró su preocupación por el “evidente avance de un proceso de restauración conservadora en América Latina”, la misma que tendría como punta de lanza al Brasil, ya que “al ser la séptima economía a nivel mundial, lo que pasa aquí se replica en el resto de la región”, explicó.
Por su parte, los músicos ecuatorianos desataron un aluvión de energía generada por el repertorio, que incluyó piezas del repertorio académico y popular ecuatoriano y un pequeño homenaje al país anfitrión a través de composiciones de Heitor Villalobos y Ary Barroso. Sin embargo, el clímax se vivió al final del concierto de Río, en el que, a instancias de un público nutrido de ecuatorianos la orquesta improvisó el tema “A mi lindo Ecuador”, del compositor quiteño Rubén Barba.
Para los asistentes a los conciertos ofrecidos por el elenco nacional, aquella fue una oportunidad inmejorable para empaparse de algo de la cultura musical ecuatoriana. El gusto generado por la novedad y la sorpresa que esta música significó para los asistentes locales, se transformó en nostalgia para los ecuatorianos que son residentes en Brasil. Es el caso de don Segundo, un comerciante originario de Otavalo que lleva años viviendo en Río de Janeiro, quien asegura que la interpretación de la Orquesta le recordó a su tierra, y los momentos felices vividos en Ecuador.
Para los integrantes de la Orquesta, así como para su director, las iniciativas de intercambio cultural llevadas a cabo por las misiones diplomáticas ecuatorianas se convierten en una oportunidad de crecimiento y proyección profesional que les permite trascender las fronteras con su arte, en una suerte de paliativo en un país en el que son escasos la inversión privada y el desarrollo de una industria cultural en el ámbito musical y de los espectáculos. /MRE MH EC
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