LAS TORTURAS DE LA CIA ERAN 'MUCHO PEORES' DE LO ADMITIDO


ESTADOS UNIDOS

El informe divulgado el martes por los senadores norteamericanos indica que los tormentos practicados tras los atentados del 11 de septiembre fueron más brutales de lo reconocido, que se ocultó información clave al Congreso y que, pese a lo afirmado por los servicios de inteligencia, la tortura no sirvió para obtener resultados en la lucha contra el terrorismo. Human Rights Watch exige abrir un expediente criminal contra la Administración de George W. Bush.

“Es mi conclusión personal que, en cualquier acepción del término, los detenidos de la CIA fueron torturados", resumió la senadora Dianne Feinstein, líder del Comité de Inteligencia, en la presentación del informe del Senado este martes sobre las prácticas de la CIA tras los atentados del 11 de septiembre de 2011.

El documento, una síntesis de 525 páginas de un texto de más de 6.000, pone de manifiesto que los métodos de interrogatorio de la CIA fueron "brutales y mucho peores" de lo que se había admitido hasta el momento.

En su redacción, el texto evita la palabra "tortura" y prefiere el eufemismo de "técnicas reforzadas de interrogatorio", que había sido adoptado en el gobierno del presidente George W. Bush.

Simulacros de ahogo, privación del sueño, golpes, aislamiento, amenazas psicológicas al detenido fueron utilizados, a veces desde el principio del interrogatorio, señala este informe implacable.

Otro de los puntos que se destaca en el informe es que las torturas además no sirvieron para obtener resultados. Los tormentos "no fueron una forma eficiente de adquirir información precisa u obtener la cooperación de detenidos", subraya el texto.

El comité "revisó 20 de los más frecuentes ejemplos de éxito antiterrorista que la CIA atribuyó al uso de técnicas reforzadas de interrogatorio, y llegó a la conclusión que estaban equivocados en aspectos fundamentales", apunta la investigación.

Por otro lado, la CIA es acusada de haber presentado "información incorrecta" entre 2002 y 2007 al Departamento de Justicia sobre el alcance y los efectos de la tortura, e impedir que el Congreso logre supervisar la aplicación de ese método de interrogatorio.

De este modo, "la CIA impidió la supervisión por parte de la Casa Blanca y la toma de decisiones", añade el informe.

Además, la CIA “coordinó el filtrado de información clasificada para la prensa, incluyendo información incorrecta sobre la eficacia", subrayan los senadores.

REACCIONES

Tras divulgarse el informe, el presidente estadounidense Barack Obama estimó que la conducta de la CIA había sido "contraria a nuestros valores".

“El gobierno que debió diseñar una respuesta a los ataques del 11 de septiembre de 2001 enfrentó 'opciones difíciles'", dijo Obama en una nota. Por ello, añadió, "he prohibido la tortura cuando asumí la presidencia".

Esta reacción fue considerada insuficiente por organizaciones de derechos humanos. “Nosotros pensamos que los hechos obligan al presidente Obama a abrir un expediente criminal contra aquellos altos mandos como George W. Bush, [el ex vicepresidente] Dick Cheney, como el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, como George Tenet de la CIA, que autorizaron prácticas ilegales”, dijo a RFI Reed Brody, portavoz de Human Rights Watch.

Mientras tanto, la CIA mantiene que sus métodos sirvieron para luchar contra el terrorismo. El director de la cuestionada agencia de inteligencia, John Brennan, insistió este martes en que la aplicación de métodos brutales de interrogatorio ayudó a prevenir atentados.

Brennan admitió que se cometieron errores, pero añadió que la revisión de los métodos iniciada por la propia CIA llegó a la conclusión de que esos brutales interrogatorios "produjeron inteligencia que ayudó a impedir ataques, capturar terroristas y salvar vidas".


Al mismo tiempo, dirigentes del opositor Partido Republicano han cuestionado la conveniencia de la divulgación y el costo excesivo del informe (40 millones de dólares) para los contribuyentes estadounidenses.

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